La semana más importante en los últimos años para Junior finalizó hoy en amargura. Junior no pudo vencer a América en el el Roberto Meléndez y tras la serie de penales quedó eliminado de las semifinales de la liga Colombiana.
Con absolutamente todo a su favor, Junior renunció a continuar la lucha por la octava estrella, que se ha convertido en un karma para la hinchada. Dos veces se estuvo por delante del marcador, pero regalando faltas infantiles al borde del área se le dio vida a un América que solo llevo riesgo por dicha vía.
Y es que el tema no es aislado, los últimos partidos jugados tienen ese común denominador; en este espacio ya se había anotado que Junior era su peor enemigo, permitiendo que los rivales lo bombardearan a través de las pelotas quietas. Al parecer en el campo no existe un líder que se de cuenta de esta situación y que haga un llamado de atención para que dejen de cometer estas infracciones, tampoco se dieron cuenta desde la raya técnica.
Otro común denominador, fueron los penales. Quedará para la historia que fueron más los penales desperdiciados que los convertidos a lo largo del torneo. No es casualidad que precisamente por esta vía llegó la eliminación, primero con Mier que debe devolverse inmediatamente para Uruguay, y luego Chará desperdiciando su segundo penal consecutivo, aunque otros jugadores como Jarlan Barrera y Teofilo Gutierrez tambien contribuyeron para esta nefasta estadística.
Desde el banco técnico también se cometieron crasos errores para el desenlace de la temporada. El planteamiento del partido ante Flamengo, y luego la falta de manejo del partido ante América, derrumbaron la grata imagen que se había construido sobre la gestión del equipo, configurando el escenario perfecto para la justa eliminación en ambas llaves.
El semestre termina en fracasó total en las toldas Junioristas, sin embargo está vez la responsabilidad de lo sucedido no se le puede achacar a los directivos, que invirtieron fuertemente en la contratación de jugadores, ni tampoco a la hinchada, que apoyó al equipo primero con los abonos, y luego manteniendo el respaldo liderando la asistencia al estadio a nivel nacional. Esta vez la responsabilidad recae netamente en los jugadores y cuerpo técnico, que fallaron en los momentos claves de la temporada, y sobre los cuales seguramente pronto se conocerán noticias para confeccionar a Junior modelo 2018, un nuevo Junior que tendrá la responsabilidad que el sueño no se vuelva a convertir en pesadilla.
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