Junior se trajo un empate a cero de "La nueva olla" de Cerro Porteño. El equipo currambero en un partido de varones, jugado con testosterona, pero también con inteligencia y personalidad, puso en aprietos al Ciclon Paraguayo, al que le aguó la fiesta que tenía preparada en la inauguración internacional de su nuevo estadio.
La batalla táctica la ganó Comesaña, tanto a Leonel Alvarez en el campo de juego, como a la afición rojiblanca. La gran mayoría de hinchas tiburones se agarraron la cabeza al ver en la escuadra titular una línea de tres volantes recuperadores formada por James Sanchez, Leonardo Pico y un resucitado Luis Narváez, que no tenía minutos desde hace mucho por una lesión, y además, viendo en el banco de suplentes a Víctor Cantillo y a Leiner Escalante, de buenos rendimientos en los últimos partidos; sin embargo Narváez jugó un gran partido donde pareciese que nunca hubiese estado ausente del equipo, y el equipo logró responder al planteamiento del DT.
Cerro salió con todo, tratando de avasallar a Junior con actitud, y con la presión de su gente en las gradas; sin embargo los tiburones respondieron siendo ordenados en defensa, y cuando el orden no alcanzaba, Viera aparecía para despejar el peligro. Junior lograba controlar los embates del rival, pero no era capaz de hilvanar su juego ofensivo para tratar de llevar peligro al arco rival. Ni Sebastian Hernandez, ni James Sánchez, aparecían para tejer contragolpes, ni para crear jugadas de peligro para que Ovelar o Chara desequilibraran el marcado, luciendo desconectados en la primera etapa.
Para el segundo tiempo no se hicieron modificaciones, sin embargo Junior logró apropiarse más del balón, y con el esférico en su poder, empezó a llevar peligro al arco defendido por Anthony Silva. Ovelar lo intentó y lo intento, sin dudas fue el partido en que se le vio más activo en los últimos tiempos, sin embargo en la definición no estuvo fino y desperdició en el minuto 56 y 66 las mejores oportunidades del partido, y es que parece que si el gol no lo hace Chará nadie más pudiese hacerlo.
Con el pasar de los minutos, se tenía la impresión que Junior podía traer un mayor botín de tierras guaraníes, sin embargo el DT no se terminó de decidir a buscar el partido, a pesar que realizó un primer cambio sacando a Sebastian Hernandez por Víctor Cantillo para ordenar más al equipo, pero nos quedamos esperando la velocidad extra que se necesitaba de jugadores como Escalante o Díaz, a quienes no dió ingreso, condenando el partido a un empate sin goles, que deja la serie por definir en el Metropolitano de Barranquilla.
Del partido queda la sensación que futbolísticamente Junior tiene más que el equipo Paraguayo, sin embargo está impresión debe hacerse efectiva en Barranquilla si se quiere certificar el paso a cuartos de finales de la Copa Sudamericana.
Junior seguramente deberá plantear un partido más ofensivo actuando de local, donde ha sido contundente en el torneo local, pero tampoco puede descuidar la zaga, ya que un gol del equipo visitante puede poner en serios aprietos las aspiraciones de clasificación a la siguiente fase. Se viene un gran partido en Barranquilla, para que Junior muestre para que está en esta Copa Sudamericana, y solo hasta el 19 de septiembre sabremos si Junior seguirá soñando con su primer título internacional.
