En el peor partido del semestre y de la Copa Sudamericana, Junior se clasificó a semifinales del segundo torneo en importancia de Suramérica por segundo año consecutivo, todo un hito en la historia del cuadro currambero, sin embargo la sensación que deja en toda la hinchada es de un agridulce sabor de boca por la manera en que se termina obteniendo el paso entre los mejores cuatro de este torneo internacional.
¿Qué pasó con la actitud del equipo? Donde quedó la enjundia y las ganas de clasificar del equipo Tiburón? En el fútbol se puede ganar, perder o empatar, y eso lo sabemos todos, pero lo de hoy fue inexplicable y no se puede aceptar que un equipo salga a jugar el paso a semifinales de un torneo tan importante como lo es la Sudamericana trotando y a media máquina, como si el partido fuese un trámite. No Señores jugadores, así no son las cosas, a pesar de la clasificación eso no se les perdona. Y es que no se puede permitir que Pico regale un balón infantil en la mitad de la cancha para el primer gol, tampoco que Fuentes no ataque el balón para despejar y deje la bola servida para el segundo, y mucho menos que Dita y Pico vean impávidos el despeje de un tiro de esquina regalando el rebote para el tercer tanto Argentino. Pero amigo lector no crea que solo fueron ellos, ningún jugador rojiblanco se salva en la paupérrima noche del equipo Barranquillero.
En el papel, el planteamiento del equipo era el mismo del juego de ida en Barranquilla, colocando una alineación ofensiva con Diaz, Moreno y Teófilo en ataque, respaldados en el medio campo por Cantillo y Hernández, y no fue un error, ya que el equipo necesitaba de un gol para dejar encarrilada la serie a su favor, sin embargo Junior jamás pudo tener el balón y Comesaña se demoró eternidades en corregir cuando la idea inicial no salió, ingresando a James Sanchez por Sebastián Hernandez ya cuando el partido estaba tres por cero en contra en el segundo tiempo, Julio ¿por que esperar que el daño estuviera hecho para reaccionar?.
Mientras Defensa y Justicia se agigantaba en la cancha del libertadores de America, Junior lucía cada vez más chico, confundido y errático, no encadenada más de tres pases seguidos, y de no ser por un zapatazo de Diaz en lo que fue la única jugada de asociación y aproximación del cuadro Barranquillero en todo el segundo tiempo, la noche hubiese sido un golpe más para su afición, hambrienta de gloria y de títulos.
A pesar de la clasificación, las palmas de la noche se las llevó Defensa y Justicia, un equipo que sin grandes figuras mostró el hambre de gloria y el fútbol que Junior queda debiendo en las grandes citas. Ahora se viene Santa Fe en una nueva oportunidad histórica de Junior para llegar a su primera final Internacional, una nueva prueba de categoría para construir esa jerarquía que estamos en mora de cimentar desde hace años, será que la tercera semifinal es la vencida?? Si jugamos como hoy seguro que no, Señores jugadores de Uds depende!
De acuerdo. No hay nada que festejar. Junior, es como los estudiantes mediocres, saco 5 en el primer examen y sabiendo que solo necesitaba sacar 1 en el segundo para pasar raspando a 3, y eso hizo. Pasó con la nota mínima, no le interesa para nada la excelencia.
ResponderEliminarLos que están en el equipo es porque saben jugar pero a veces parece que su estado físico les fallara y es cuando recurren a esconderse detrás del adversario para que no les den el balón, sobre todo los mediocampistas,lo que produce un juego lateralizado constante o de retroceso que puede llegar al propio arco cediéndole el terreno al rival. Pero la falla principal radica en el planteamiento defensivo y no de ataque para mantenerlos preocupados, dominados y con posibilidad de aumentar la diferencia. Dedicarse a defenderse es un error porque se cede el terreno y no hay ofensiva ni dominio.
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