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martes, 27 de noviembre de 2018

POR QUE EL MIEDO DIM-AYOR?


El fin justifica los medios decía Maquiavelo en una frase que ha tomado vigencia en los últimos días en el mundo del fútbol sudamericano. Por un lado Boca Juniors buscando aferrarse de todo y a todos para no jugar la final de la Copa Libertadores y ganar el título en el escritorio ante River, y por otro lado Medellín que se opuso a aplazar la disputa de la final del torneo Colombiano para sacar así ventaja sobre el Junior de Barranquilla, quien de pasar este jueves la llave semifinal de Copa Sudamericana ante Santa Fe, deberá afrontar dos finales en simultánea en solo doce días, incluyendo en este lapso un viaje de ida y vuelta a Brasil.

Del caso de Boca ya hay demasiada información en los medios como para abordarlos en este escrito, por lo que en este caso analizaremos ciertos puntos de la final colombiana, en los que no se logra entender cuál es el pavor o miedo que siente el equipo “poderoso” para enfrentar a Junior en igualdad de fuerzas, hasta el punto que lo llevó junto con la complacencia de la Dimayor a que se ratificaran las fechas pactadas para la final, muy a pesar que Junior solicitó el aplazamiento de las disputas ante la importancia de las finales en juego y la proximidad de las fechas.

Como primera medida del análisis está el plano deportivo. Medellín esta en alza, más fresco y con menos partidos que el cuadro Tiburón debido a que enfrentó menos torneos durante el semestre. Además  viene de eliminar en semifinales de liga al equipo más regular de todo el año, el Tolima, con mayor mérito al hacerlo en condición de visitante e imponiéndose con claridad. Adicionalmente cuenta con el que es tal vez el mejor jugador de toda la Liga, el goleador del torneo German Cano con 18 tantos, su otro delantero está en racha que es Caicedo, en sus filas tiene uno de los mejores centrocampistas de la liga como lo es Ricaurte y como si fuera poco tiene un arquero seguro y con experiencia en finales como David González. A pesar de lo anterior  parece que en su dirigencia no se sienten con la suficiente confianza en su equipo como para poder ganarle al equipo titular de Junior en franca lid y prefieren diezmar al equipo Tiburón a punta de sacar provecho del calendario.

Como segundo punto de análisis no se entiende que el Medellín busque sacar una ventaja desde lo dirigencial pidiendo que se respete la fecha del 8 de Diciembre mostrándola como inamovible, mientras que el mismo alcalde de la capital de Antioquia Federico Gutierrez ofrece su ciudad y el Atanasio Girardot para disputar la aplazada final de Copa Libertadores entre River y Boca, a disputarse en la misma fecha. Debemos preguntarnos entonces si para albergar a River y Boca, dos equipos argentinos, si se puede mover la fecha de la final de liga, pero para apoyar a Junior que en representación de Colombia va disputar la final de la Sudamericana al parecer es imposible correrla.


Como último punto, y prueba de la poca visión y afán por no permitir una recuperación adecuada de Junior, no se han dado cuenta que incluso el mismo aplazamiento puede favorecerlos, ya que de aplazar el partido de vuelta de la final para el 16 de Diciembre, Junior llegaría a Medellín para el juego decisivo con un partido de más y luego de un traslado de ida y vuelta a Brasil con el respectivo desgaste que esto significa. Seguramente si lo vieran de esta forma ya hubiesen aprobado el cambio de fecha, aunque no por poner a disposición lo posible para que Junior pueda jugar su primera final internacional sin problemas, sino por sacar ventaja al sentirse inferiores al cuadro currambero.

Finalmente es una lástima que la Dimayor se haya prestado para acolitar a uno de los finalistas a sacar ventaja del calendario, cuando el interés de esta asociación debe estar enfocado en facilitar la tarea a los equipos que la representan a nivel internacional. Hoy es Junior, pero mañana puede ser el mismo Medellin, quien ya se encuentra clasificado para la Copa Libertadores del próximo año y puede pasar por una situación similar.

Los campeonatos de Junior siempre han sido contra todos los pronósticos y situaciones, y al parecer si quiere ser campeón en este 2018 no será la excepción. El equipo Tiburón deberá enfocarse en una buena preparación y recuperación de cada partido, apelar a la fortaleza de carácter y mostrar que se ha aprendido de las oportunidades no aprovechadas en el pasado. Como bien dijo su técnico, toca jugar donde sea para alcanzar la gloria.



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