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lunes, 6 de mayo de 2019

¿ROSCA O NO ROSCA?



El pasado viernes tres de Mayo, Barranquilla se sacudía con una noticia, que si bien era anunciada, no era lo que se esperaba en ese momento. Muy a pesar del mal presente futbolístico que atravesaba Junior, pensábamos que Luis Fernando Suarez dejaría de ser el entrenador del tiburón una vez terminara la Liga, no ad portas de decidir la clasificación a Sudamericana, ni los cuadrangulares finales de la Liga Colombiana, con tan solo 7 partidos confirmados para finalizar la temporada, pero bueno, así es Junior y así es manejado desde hace algún tiempo.

El anuncio vino acompañado con la delegación de Luis Grau como entrenador a cargo, y menos de 24 horas después sería  presentado el regreso, por novena vez, de Julio Avelino Comesaña, el entrenador más importante de la historia de Junior, quien cada que regresa logra dividir a la hinchada Juniorista. Aunque si en algo coincidimos todos, es que en su último ciclo jamás debió marcharse, un error que finalmente fue reconocido por el popular entrenador Colombiano Uruguayo.

Una vez anunciado Comesaña, el rumor de rosca por parte de los jugadores empezó a difundirse rápidamente por la ciudad. Parece que en muy poco tiempo, toda la afición  y parte de la prensa se olvidaron del mal juego de Junior, y de las malas decisiones tomadas por Suarez al mando del cuadro rojiblanco, es por esto que vale la pena analizar lo que a nuestro entender explica el pobre rendimiento futbolístico del equipo currambero, y así determinar sobre quién recae la responsabilidad de la actualidad rojiblanca, respondamos la pregunta, ¿hubo rosca de los jugadores para la salida de su entrenador?

Empecemos con los refuerzos, al equipo fueron traídos Freddy Hinestroza, Roger Torres y el chileno Matias Fernández, de estos tres solo Hinestroza a respondido medianamente a las expectativas. La situación de Fernández y Torres, a pesar de no haber aún justificado sus contrataciónes, es dispar. Mientras a Fernández el entrenador se aburrió de darle oportunidades e imponerlo en la titular por encima de un Sambueza que empezó el torneo con un buen nivel, a Torres han sido pocas las oportunidades de jugar que se le han brindado, muy a pesar que al ingresar ha mostrado algunas cosas interesantes que al menos dejan entender que debió ser más utilizado, más aún cuando el fútbol del equipo era confuso y estéril. La gestión de refuerzos fue enteramente del entrenador, a quien le mantuvieron la nómina campeona, y le trajeron los jugadores que pidió, así que lo poco aportado por los refuerzos, con el alto costo económico de estos recae única y exclusivamente en el entrenador.

Es cierto que Junior bajo el mando de Suárez solo perdió un partido por Liga doméstica, sin embargo tuvo la alarmante cifra de 12 empates en 19 fechas, nadie le ganaba a Junior, pero Junior no le ganaba a nadie. Muchos de estos empates se dieron por la búsqueda desesperada de los jugadores por no perder, desespero que muchas veces fue trasladado a la afición traducido en impotencia en las gradas, de no haber sido por intervenciones claves de Sebastian Viera, el invicto hubiese acabado mucho antes, e incluso la clasificación dentro de los 8 hubiese sido mucho más angustiosa. Siendo  Viera y Teófilo los más señalados del famoso sindicato contra Suarez, no pareciese lógico que uno de ellos fuera la figura del equipo durante varias fechas. 

Revisemos ahora el caso Teo. Durante el mandato de Suárez, Teófilo siempre fue tenido en cuenta como titular, y fue  muchas veces guardado para los partidos decisivos, incluso mantenido dentro del once cuando su nivel en cancha era pauperrimo, aún cuando se hizo expulsar tontamente ante Palmeiras. Con esto no pareciese que hubiesen motivos para que Teo quisiera sacar a su entrenador, ni existen indicadores para aseverar que mantuviesen una mala relación. Creemos que es responsabilidad de un entrenador exigirle a los referentes, brindarle herramientas dentro del terreno para que su desempeño sea más provechoso para el equipo, y si no da resultado, buscar una alternativa en el banco, o enviarle un mensaje quitándole la titularidad al jugador para que se pellizque, sin embargo nada de esto hizo Suarez ni su cuerpo técnico, y esto aplica de igual manera para Narváez, quien jugando mal, tampoco fue cambiado por alternativas como Serje o Pico. Vale recordar que no es la primera vez que Teo baja su nivel, el semestre pasado fue relegado a la banca durante varios partidos, y fue precisamente por el entrenador que insinúan quiso traer, es decir, parece que por acá tampoco logramos encontrar sentido al mencionado sindicato, sino a una mala gestión del cuerpo técnico.

Es cierto que el nivel de varios jugadores es irreconocible, Fuentes y Piedrahita no son ni sombra de lo que fueron en la conquista de la octava estrella. Díaz y Cantillo, candidatizados para la selección Colombia por su desempeño en 2018, también muestran un rendimiento muy inferior. Vale la pena preguntarse si a estos jugadores les conviene armar un complot contra el técnico, devaluando su cotización en el mercado y cerrandose ellos mismos su posibilidad de ser llamados a selección para disputar una Copa America, vitrina ideal para alcanzar el sueño de todo futbolista latinoamericano: ir a jugar en Europa. No parece que esta decisión sea la más inteligente para unos jugadores en plena proyección de su carrera, más bien la pérdida de  sociedades por ordenamientos tácticos, como lo era la sociedad Fuentes/Díaz, son las que han afectado el funcionamiento del equipo, y si el equipo no juega bien, es más difícil que las individualidades resalten.

Existen otros factores como la preparación física, y el entrenamiento invisible que corresponde al cuidado de cada jugador en su vida personal. Cada uno sabrá si lo está haciendo de la mejor manera, y es claro que a ellos también les atañe responsabilidad por lo ocurrido, sin embargo las fallas del entrenador fueron claras y evidentes, por lo que la salida de Luis Fernando Suárez, a pesar de no compartirla por las instancias en la que se encontraba el equipo, creo que tuvo suficientes méritos para que la directiva le bajara el pulgar antes de finalizar el campeonato. Eso si, queda la duda del porque tomaron esta decisión ahora, y no en la derrota ante Melgar en Perú, tal vez en ese momento el entrenador que llegase tenía más tiempo para intentar enderezar el rumbo de un equipo que hace unos pocos meses era el que mejor jugaba en el fútbol colombiano.

Ahora déjanos saber tu opinión, estás de acuerdo conmigo o te mantienes en que la culpa de la salida de Suárez es por un complot de los jugadores? Déjanos tus razones en los comentarios e intercambiemos ideas en un sano debate, recuerda que también nos puedes seguir en Instagram en @blogtiburonblanco.

Un abrazo y solo les dejo este último mensaje: no se dejen achicopalar por la prensa del interior, desde donde llaman circo a Junior, estoy convencido que ellos mismos ven más fuerte a este Junior con el técnico que lo sacó campeón, que con un Suárez que lo puso a jugar un futbol insulso, pónganle la firma!








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