Mientras en el mundo, los Vengadores están rompiendo las taquillas de cine, en el fútbol de Colombia, Junior como el Capitán America, parece haber salido del hielo en que lo sumió Luis Fernando Suárez, y en su cuarto partido de la era Comesaña, mostró nuevamente el fútbol que lo impulsó a ser catalogado durante el 2018 como el equipo que mejor jugaba al fútbol en Colombia.
Si bien desde el cambio de entrenador, el equipo venía mostrando mejorías, los resultados no habían aparecido, y eso tenía preocupada a toda la hinchada. Caer en Cúcuta, perder la clasificación a la Sudamericana de local, y empatar nuevamente en casa en el inicio de los cuadrangulares, hacían presagiar que el semestre estaba perdido, o que al menos parecía utópica una recuperación para pelear por el campeonato. Pero esto es Junior, y el triunfo a domicilio ante el Cali, deja un claro mensaje, el Campeón aún está defendiendo su título, y mientras esto pase, no se le puede descartar de la batalla, a Junior tienes que matarlo.
En los últimos días se venia insistiendo, y con alguna razón, en la presencia de Roger Torres y Michael Rangel como titulares en el equipo , sin embargo luego del triunfo en Cali, pocos se acordarán de ellos para el partido que viene frente al Tolima. Así es el fútbol, y así somos los hinchas, quienes tendemos a quedarnos con la última imagen de cada jugador. Ante la disputa de algunos minutos de Torres, en un Junior que no jugaba a nada, y en el que cualquier acto de rebeldía futbolística eran un oasis en el desierto, ya se esbozaba al joven jugador Santandereano como el salvador del Tiburón, y lo inverso sucedía con Daniel Moreno, sobre el que poco parece se recuerda lo que aportó desde la banca en el 2018, y sobre el que pesa una cruz gigante colocada desde las tribunas cada que entra.
El llamado tal vez es a qué dejemos tomar las decisiones a Julio Avelino, quien confirma que conoce al club como el patio de su casa y que algo tiene en su discurso que logra cambiar la puesta en escena del equipo currambero. Claro está que no todo es verso, también la estrategia ha jugado un papel importante, rescatando a un James Sanchez que estaba relegado a la fría banca, para ponerlo a trabajar y darle más tranquilidad en la salida de los laterales, en especial de Piedrahita por su costado, movimiento que ha generado sus frutos, aumentando el volumen de ataque del equipo.
Otro que parece haber salido del hielo es Teófilo Gutierrez, quien está en una nefasta temporada, pero que sacó lo mejor de su fútbol para asociarse con Diaz, Hinestrosa y Sanchez, y logró penetrar la defensa azucarera para marcar el gol del triunfo. Toda afición tiene el deber de exigir a sus referentes, pero cuando estos responden, también se le debe reconocer su trabajo. Esperamos que este sea el despertar de su fútbol, porque sobre él recaen muchas responsabilidades dentro y fuera de la cancha, como debe ser para un jugador de su experiencia y recorrido.
Ahora se vienen dos partidos vítales frente al Tolima de Gamero, en los que dependiendo de los resultados, se podría dejar casi que certificado el paso a disputar la final de la Liga Colombiana. De nuestra parte solo queda apoyar en el Metropolitano, dejar trabajar a Julio, y esperar que lo mostrado en tierras azucareras se pueda ratificar de local. El campeón ha vuelto, y dará la lucha por colocar la novena estrella en su escudo.
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